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La responsabilidad social en la carrera profesional del Derecho
Cuando una persona inicia un camino profesional, la primera interrogante podría ser qué tan rentable es la profesión que eligió para poder subsistir y las proyecciones materiales que se pueden lograr. Sin embargo, es importante que cuando se inicie una carrera, el estudiante piense e interiorice respecto al servicio que brindará y de la manera responsable en que lo hará; de tal modo que la sociedad se sienta satisfecha con el servicio brindado por el profesional.
Un abogado o un hombre de Derecho es un profesional que se encuentra inmerso dentro de un sistema jurídico y viene a ser, en algún momento, el representante de sus clientes o de un ciudadano público, a quien debe la responsabilidad de dar calidad de defensa o legalidad. El abogado debe ser aquel profesional que se encuentre capacitado para explicar e interpretar la ley para su cliente, así como para manejar asuntos legales y comparecer ante cualquier tipo de situación jurídica.
Respecto a lo anterior, para tener una adecuada preparación, también es necesario considerar la responsabilidad social, que consiste en que el profesional, dentro de su marco y formación ética, incluya las expectativas de brindar un servicio de calidad que logre satisfacción en la sociedad.
En ese sentido, un profesional de Derecho debe considerar aplicar la deontología jurídica, dado que esta comprende las reglas del deber y, como tal, con ello, la misión de regular el proceder correcto y apropiado del abogado en su ejercicio profesional.
Es así que, dentro del ámbito competencial, el abogado requiere de un plus, precisando que, si bien es cierto, es muy importante la preparación académica constante para mantenerse actualizado dentro del afluente jurídico, un profesional íntegro también debe tener la capacidad de brindar e impartir un servicio responsable. Esto significa que, además de tener la debida preparación para enfrentar un caso jurídico, el profesional del Derecho debe reconocer que necesita una mayor preparación, y que cuando tenga que asesorar a su cliente, lo haga con la debida ética basada en principios y valores que respalden la veracidad de su ejercicio profesional.
Si nos enfocamos en un análisis etimológico, la palabra abogado proviene del latín advocatus, la misma que proviene de la expresión latina ad auxilium vocatus, que quiere decir: “el llamado para auxiliar”. Desde los principios del uso de esta denominación, se referían a aquellas personas a las que acudimos para que nos ayuden en situaciones difíciles, a personas que defienden los derechos humanos y resuelven situaciones que se encuentran en conflicto.
En este contexto es que claramente el abogado o profesional del Derecho abre un mundo de probabilidades cuando ejerce su función en los distintos ámbitos en los que se desenvuelve. Por ejemplo, cuando se trata del abogado defensor que es escogido por libre elección, quien después de evaluar todos los elementos probatorios de un caso, es capaz de proporcionar a su cliente toda la gama de posibilidades para ejercer una defensa de forma eficaz y ética, lo cual significa que se opte por la veracidad, por más complicado o difícil que sea el caso; o cuando se trate de la función de administrar justicia, donde el juez deba aplicar la norma de forma ética, eficaz y capaz, teniendo como ideal supremo la justicia y la imparcialidad. En conclusión, en cualquier ámbito siempre un profesional debe ser responsable socialmente, pues es precisamente la sociedad la receptora de las acciones que desarrollamos como abogados.
Cualquier ser humano en busca de su crecimiento personal desea ser un profesional destacado, reconocido y respetado, pues esto significa un ideal. En la búsqueda de ello, no debemos olvidarnos que al ejercer una profesión, también debemos ser responsables de lo que brindamos, teniendo en cuenta la seguridad de nuestras capacidades y conocimientos, sin dejar de lado la deontología jurídica, es decir, reconociendo el deber de brindar un servicio de calidad frente a la sociedad, basado en principios y en vasto conocimiento.
A ustedes, que ahora ejercen tan satisfactoria profesión y a los que ya se encuentran en el camino para serlo, cultiven no solamente conocimientos, sino también, desde ahora, una responsabilidad frente a la sociedad.